MICHAEL NYMAN EN SANTIAGO DE COMPOSTELA

Por: Jorge Sergio


El británico Michael Nyman, artista de reconocido prestigio, retornó a Santiago de Compostela ayer, 16 de Mayo de 2008, en esta oportunidad para actuar en el Pabellón Multiusos Fontes Do Sar, junto a su Michael Nyman Band, (su grupo de acompañamiento de siempre) antes de partir hacia Italia para continuar sus actuaciones. Disciplina musical y vertiginosas figuras minimalistas se demostraron, una vez más, como las grandes virtudes que identifican su personal estilo.

Michael Nyman Band

Con una gran acústica (el pabellón del Fontes do Sar demostró ser, en mi opinión, un adecuado lugar para escuchar, incluso, a un conjunto de piano, cuerdas y viento), alrededor de mil ochocientas personas pudimos disfrutar de un un listado de piezas bien conocidas, centrándose en sus bandas sonoras para cine, desde The Draughtsman's Contract (1982) hasta El Libertino (2005). Con respecto a la orientación musical de Nyman, es posible que su estilo te fascine o te resulte incomprensible. Ni siquiera se si el término minimalismo tiene valor como tal en la actualidad, teniendo en cuenta que ahora se aplica indiscriminadamente no sólo a aspectos compositivos en la música y el arte en general, si no a casi cualquier otro campo. Sin embargo, personalmente, no me resisto a denominar el concierto de ayer como música clásica contemporánea de estilo minimalista, siendo fiel a lo que el propio Nyman entendía como minimalismo cuando comenzó su carrera compositiva. En no pocas ocasiones, los patrones repetitivos y el ritmo marcado llevaron (no era de esperar que fuese de otra forma) a la audiencia (al menos a quien ahora escribe) a un estado de comunión y cercanía que resultaba, de hecho, reforzado por las dos pantallas gigantes a ambos lados del escenario y en las que se podía ver, con detalle, la ejecución de Nyman al piano y del resto de músicos de la banda. La sobriedad y disciplina de la música clásica contrastaba claramente con la pasión con la que los músicos se entregaban al ejecutar sus partituras, a la vez que la audiencia, con total corrección, se dedicaba (espero...) a disfrutar de la música (con mayúsculas), donde la armonía y la escructura compositiva lo es prácticamente todo.

Pabellón Fontes do Sar, Santiago de Compostela

Para esta nueva actuación (la cuarta) de Nyman en Compostela, (gracias a la colaboración de la Fundación Caixa Galicia, la Concellaría de Cultura, Xacobeo, Cervexa 1906 y la Dirección Xeral de Xuventude e Solidariedade) el pianista y compositor seleccionó un repertorio que incluía sus temas más conocidos (no se si populares), entre ellos The Heart Asks Pleasure First (famoso tema de la película El Piano de Jane Campion) u otras piezas de bandas sonoras compuestas, por ejemplo, para trabajos del director Peter Greenaway como Drowing By Numbers o The Draughtman's Contract, uno de las primeras obras para el cine de Michael Nyman y quizás también de las más conocidas.

Michael Nyman

Como ya he comentado, suele decirse que a artistas como Nyman, tremendamente fieles a su estilo o personalidad musical, pese a quien pese, se les ama o se les odia, sin términos medios, y, en cuanto a su música, te fascina o te resulta vacía. En mi caso, desde que conocí su música, hace ya una nada despreciable cantidad de años, sentí que tiempo después seguiría reconociendo que, al menos, me ayudaría a entender mejor el concepto de música orquestal, clásica o de cámara, al acercarse más a las propuestas musicales que siempre han sido de gran interés para mí. Los años han pasado y, mientras tomo un café solo, me ratifico en mi opinión.